viernes, 3 de abril de 2015

El gato negro que vive en el taparrollos de la ventana del living




El gato negro que vive en el taparrollos de la ventana del living se despierta a las once de la noche. Se saca las lagañas y toma un trago mientras se come unas masas secas de ayer. Mientras se baña canta Electrolite y me cuenta que cuando duerme revitaliza sus ganas.
El gato negro que vive en el taparrollos de la ventana del living se toma un taxi y se sienta en el bar de Jesús a tomar una ginebra. Se mambea y se trompea con un caniche disfrazado de bulldog. Sentado en un techo lejos de los mortales, acaricia la luna mientras piensa en como cazar esos estúpidos peces voladores.
El gato negro que vive en el taparrollos de la ventana del living salta de balcón a balcón buscando algún atisbo de una vida mejor. Se moja las almohadillas de las patas al darse cuenta que hay mas peores que mejores. Reordena sus prioridades y se promete ayudar a caminar a los que no pueden ni apoyar. Suspira en La, y empieza a volver tranquilo... con la calma de los que están haciendo tiempo.
El gato negro que vive en el taparrollos de la ventana del living abrió la puerta y me encontró desmayado en el sillón. Me despertó y me contó todo lo que había visto. Me dijo que me quería y me abrazo hasta donde le dieron las patas.
El gato negro que vive en el taparrollos de la ventana del living me lamió la nariz, se colgó de la cortina y se metió de vuelta en su cueva. Hasta mañana.