jueves, 4 de junio de 2015

Madre Norte



Madre Norte, las raíces de tus cimientos han sufrido más de lo merecido. Heridas por el sable inescrupuloso de los poderosos y asesinos. Resistir no es tu estilo, solo tomaste aire y cerraste los ojos esperando tu momento. El apocalíptico instante en que desataste la inclemente tormenta sobre las sienes de los necios. Ni las estructuras divinas inventadas sobre tus templos, ni la cacería a tus hijos lograron doblarte. Mujeres, niños y guerreros victimas de un genocidio cultural. Los lacayos del hijo colgado persiguieron todo rastro de libertad y juraron la supervivencia del más inmoral.
Madre Norte, resististe de pie abrazando cada centímetro de nuestro edén. Convertiste a tus hijos en guerreros y todos ellos te regalaron lealtad desinteresada. Proteger la identidad misma era la proeza. Mantener intacta la esencia de tu sangre bajo la corteza de los robles fue la mayor victoria. Así aguardaste bajo la tristeza de la noche, te nutriste de la humedad de la niebla de invierno y ganaste fuerzas para escupir bolas de fuego sobre el halo de los invasores. Hoy recuperaras tu suelo, tu identidad y tu honor.
Madre Norte, todos tomados de las manos aguardamos nuestro momento mientras tu fantasma caza a las brujas una por una. Sobre tus hojas o sobre montañas de concreto, mi corazón está en el fondo de tus lagos bailando con tus dioses.